https://www.youtube.com/watch?v=I7xoNWzm7PQ
Dresden Dynamo (1971) de Lis Rhodes es un filme hecho sin cámara, lo que vemos son marcas físicas hechas directamente sobre el celuloide. El sonido es producido por las mismas marcas, de manera que lo que vemos es lo mismo que lo que escuchamos. Esto es posible porque el sonido de la película es óptico.
Lis Rhodes: «Podría decirse que la «abstracción visual» de Dresden Dynamo es documental. Es una película hecha sin cámara, un intento de crear una conexión material entre lo que se ve y lo que se escucha. La imagen es el sonido. (…) la banda sonora óptica sirve para generar una conexión material entre la vista y el oído, es como un sistema de notación sin traducción ni interpretación de por medio. El lector óptico lee mecánicamente el sonido a partir de la marca o imagen impresa» [Lis Rhodes in Conversation with Anna Gritz].
Esta técnica ha sido utilizada por muchos cineastas, desde Norman McLaren a Peter Tscherkassky, y consiste básicamente en aprovechar el sistema de sonido óptico que se usaba antiguamente en el cine con propósitos «artísticos». En este sistema, al contrario que en las pistas de sonido analógicas y digitales más modernas, la banda sonora está impresa directamente en la película, por lo que es posible sustituirla por dibujos o cualquier otro tipo de forma gráfica.
En esta imagen de la tira de película se ve perfectamente la banda sonora impresa (en el lateral inferior, en blanco y negro). Ese es el lugar reservado para la banda sonora óptica, que en una película «normal» tendría el aspecto típico de los gráficos de sonido que vemos habitualmente en cualquier editor de audio. En este caso, al no tratarse de sonido «real», lo que vemos tiene más que ver con la abstracción visual que con una onda sonora.
Dresden Dynamo se hizo en 16mm y ver este tipo de cosas en vídeo nunca tiene mucho sentido, pero como las oportunidades de verlo en su formato original son escasas, menos da una piedra…