Welcome II the Terrordome (Ngozi Onwurah, 1995) fue el primer largometraje británico distribuido en salas dirigido por una mujer negra. Aunque parezca mentira, eso pasó en 1995 y ninguna otra mujer británica negra consiguió dirigir un largometraje hasta 2004. En 2020, el número de mujeres británicas negras que habían estrenado un largometraje en cines era solo 6 [Black British Women Directors: a Story of Marginalisation and Resistance].
La película de Onwurah es una distopia ambientada en un gueto negro. La historia transcurre a ritmo de hip hop y el título hace referencia a la canción de Public Enemy. Se abre con un hecho histórico, un suicidio masivo de ibo (una etnia africana). Prefirieron suicidarse a ser esclavos/as. Aunque los títulos de crédito hacen referencia al Ibo Landing de 1803 en Georgia, el hecho concreto en el que se basa la escena tuvo lugar en 1652 en Carolina del Norte. Una familia ibo esclava, encadenada, caminó hacia el mar para ahogarse.
Onwurah enlaza así la historia colonial con la situación actual en las barriadas de extrarradio de las grandes metrópolis. Digo actual porque, aunque la película sea de hace casi 30 años, la situación no ha cambiado, como demuestran barrios como Saint-Denis en París. En palabras del crítico Peter Bradshaw, un tipo de guetos que nacen de las crueldades cometidas por Europa en el pasado [Welcome II the Terrordome review – dystopian drama offers a bleak vision of Britain].
La película salta directamente de la introducción colonialista al gueto actual. Si no conoces tu pasado, no conoces tu futuro. En esta pesadilla llamada Transdean, más conocida como The Terrordome, las personas negras siguen esclavizadas, ahora por el capitalismo. La esclavitud se controla con el tráfico de drogas, un negocio en manos de los blancos y de la policía, que son quienes dominan en realidad el gueto.
La trama se centra en Spike (Valentine Nonyela) y su hermana Angela (Suzette Llewellyn). Spike tiene una novia blanca, Jodie (Saffron Burrows), que está embarazada de él. El exnovio de Jodie es un blanco abusador que al verla con un negro decide tenderles una trampa que termina provocando una revuelta racial.
Onwurah explica que, aunque la película está a medio camino entre la ciencia ficción y la fantasía, se basó en experiencias propias, entre ellas la de una amiga que se quedó embarazada de un negro y su exnovio blanco le pegó hasta hacerla abortar. La propia Onwurah es hija de un hombre negro nigeriano y de una mujer blanca británica. Nació en Nigeria, pero durante la guerra civil huyeron a Inglaterra, sin su padre, donde vivió en un barrio blanco en el que sufrió abusos racistas.
La película enlaza todas esas historias distintas, propias y ajenas, en un solo día. Según Onwurah, esa decisión fue porque al concentrarlo todo en un tiempo tan breve el horror se amplifica.
Parte del conflicto de Welcome II the Terrordome se basa en el terreno de nadie al que se ven abocadas las personas que transgreden los límites raciales. Spike y Jodie son parias incluso entre parias, viven en el limbo entre dos mundos en los que no pueden integrarse. Onwurah sufrió ese limbo para poder sacar adelante su proyecto. Ninguna productora quería financiar la película, hubo que acudir a pequeños inversores. Una vez terminada la postproducción, nadie quería darles dinero para marketing ni distribución. Solo se estrenó en Reino Unido y EE. UU. y la crítica no quiso entenderla.
El crítico del Daily Telegraph dijo que era deplorable, tanto por no tener ningún valor cinematográfico como por su visión nihilista. El de Empire hablaba como si Onwurah fuese un hombre y decía que era inadmisible hacer una película así en los «pacíficos 90». En Sight & Sound afirmaban que era tan incompetente que todo el mundo iba a reírse del activismo cultural negro. En Variety, hablaban de un guión inepto y actuaciones chapuceras y amateur. Incluso la criticaron en Channel 4, que había puesto algo de dinero para la postproducción, por considerarla cine de explotación.
La cuestión es que es una película muy cabreada con el sistema, hecha por una mujer, y encima negra. El mundo no quiere que las mujeres hagamos ese tipo de películas, y tampoco los inmigrantes ni las personas racializadas. Hay grandes sectores de la población que solo podemos hablar si somos sumisas y nos amoldamos a lo que el capitalismo necesita para explotarnos.
Onwurah explica que nunca pensó que pudiese hacer cine hasta que vió Do the Right Thing (Spike Lee, 1989). La influencia es clara, aunque el estilo y el género no sean los mismos. El estilo es más cercano al cine de guerrila de Born in Flames (Lizzie Borden, 1983), aunque aquí llevado a un terreno más comercial. Welcome II the Terrordome bebe de la serie B y el blaxploitation, pero también de la mitología africana y la tragedia griega, quedando en un terreno propio.
Hoy, es un clásico de culto que han rescatado plataformas como Criterion y Mubi y está siendo revisado por una crítica con una mirada más abierta y menos heteropatrical. Yo la recomiendo, especialmente si os interesa el afrofuturismo en particular o las distopias en general, o simplemente ver más cine hecho en los márgenes.